Un villano puede salvar el mundo por amor – Capítulo 10: El mimado segundo príncipe

Escrito por Iszeth

Asesorado por Maru

Editado por Tanuki


Estoy harto, ¡harto!

Ah… ¿este niño en realidad tiene cinco años? Ha estado comportándose como uno de tres, ¡tres!

¡Maldigo la hora en la que éste pequeño príncipe molesto tuvo la genial idea de querer ver las ruinas de Motch!

Sin embargo, no puedo claudicar. Yo, Torrence Bach, el líder de la Sociedad Arqueológica y los Cultores Crepusculares de Lothien, no puedo hacer algo que interfiera con nuestros planes. Sólo es cuestión de paciencia. Paciencia.

—Entonces, su alteza, como le explicaba, los glifos de escritura que se encuentran junto a las pinturas de las paredes parecen ser del siglo VII, en el periodo de la fundación… Aún no se determina, pero la calidad, así como los motivos de la pintura hacen referencia al viaje hacia el mundo espiritual heroico; también, en un nuevo piso que aún no está abierto, se han hallado vestigios de cajas mortu…. ¿Ah?

Cuando tuve a bien de voltear mi mirada, ese mocoso ya había desaparecido.

¡El infierno se lo lleve y lo escupa entero!

Incluso su tutor y sus guardaespaldas no se habían dado cuenta de su desaparición.

La alarma de pánico empezó a sonar en mi cabeza.

¿Dioses, qué haré si sale lastimado? No puedo darme el lujo de ser castigado por un descuido de mi parte hacia su alteza el mocoso real. ¡Incluso podrían destituirme si se hace siquiera un mínimo rasguño!

—Por favor, Sir Vikhus, sea tan amable de confirmar que su alteza ha ido al baño y está sano y salvo. —Sir Vikhus, con una cara como de ya estar acostumbrado a este tipo de cosas, sonrió forzadamente mientras me respondía.

—Me temo que no puedo hacer eso, Lord Bach. —Tomé mi cabeza con ambas manos mientras maldecía internamente.

¡Odio a los niños! ¡Los odio! ¡Los Odio!

—Las ruinas no son tan grandes, probablemente se ha quedado mirando algunos murales como la última vez. Volveré sobre nuestros pasos para buscarle. Le encomiendo la búsqueda en las zonas que aún no habíamos visto, Lord Bach. —Sir Vikhus, tranquilamente se había dado la vuelta junto a las escoltas reales para iniciar la búsqueda de su alteza.

¡Ahhhh! ¿Por qué a mí?

Afortunadamente, había previsto que algo como esto podría pasar desde que conocí a ese mocoso de la realeza, y tuve a bien de sellar todas las entradas a los pisos ocultos de las ruinas, si no, ¡ahora estaría mucho más intranquilo que nunca!

En primer lugar, ¿no se supone que los príncipes deberían saber comportarse? Éste, en particular, actuaba como un niño mimado y hacía lo que se le viniera en gana.

Llamé a los guardias de la superficie y algunos asistentes para la búsqueda. Pasó cerca de una hora hasta que Sir Vihkus regresó junto al (maldito) mocoso de la nobleza.

La cara del segundo príncipe estaba llena de tierra y su sonrisa infantil parecía un poco diferente, como el de un animal salvaje que había encontrado a su presa. Pensé que, muy probablemente, era la cara normal de un niño que se había salido con la suya en una travesura.

¡Qué bueno que no pienso tener hijos!

Como la costumbre dictaba, en cuanto le vi me tuve que arrodillar y darle el saludo oficial que era para la realeza. Te odio, te odio maldito niño.

—Saludos, su Alteza, Príncipe de Duat y Lothien, luna del imperio. Le presenta sus respetos su más leal súbdito. —Al terminar de hablar, tuve a bien levantar mi cabeza para recibir la aprobación del aberrante niño. No pasó, el  estúpido mocoso no me dejó incorporarme.

—Mis más sinceras disculpas, Lord Torrence —dijo Sir Vikhus, mientras inclinaba su cabeza y tocaba su corazón con la mano derecha a modo de refuerzo. Realmente, compadecía a Sir Vikhus. Tratar con semejante monstruo mimado infantil podía ser muy desgastante—. Me temo, que debemos dejar la pequeña incursión tal y como está debido al comportamiento de su alteza.

El mocoso estaba demasiado callado desde su regreso. Me pregunto si Sir Vikhus tenía la facultad de disciplinarlo. Esperaba que sí, esperaba que al menos le hubiera dicho unas cuantas palabras duras como acto de corrección. Insoportable, era la única palabra para describir al segundo príncipe. Dudaba ahora mismo de los halagos que hacían con respecto a su inteligencia y madurez, ¡realmente se me había presentado como todo lo contrario!

Asintiendo a las palabras de Sir Vikhus, respondí que comprendía la situación y volví a bajar la cabeza. Cabía mencionar, que yo aún seguía de rodillas. ¡Maldito niño insoportable!

Antes de irse, el mocoso real volteó su rostro para mirarme. Pensé que por fin me liberaría de esta pose incómoda, que quizá lo había olvidado, pero ahora estaba seguro, él lo había hecho a propósito.

Nuestros ojos se encontraron.

Vi su sonrisa, esa sonrisa que en el futuro me daría más escalofríos que las pesadillas más extremas.

Su mirada era triunfante, sus labios torcidos parecían burlarse de mí, como si él supiera todo lo que ocultaba. La imagen de una serpiente saboreando al ratón que iba a engullir fácilmente se me cruzó por la cabeza.

Y de alguna manera, presentí que yo sería el ratón.

Pero, él es sólo un niño mimado de cinco años.

¡Qué equivocado estaba!

2 respuestas a «Un villano puede salvar el mundo por amor – Capítulo 10: El mimado segundo príncipe»

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