El plan de la villana Roxanne – Capítulo 13: La fiesta, el príncipe y ninguna Cenicienta (3)

Escrito por Polly

Asesorado por Grainne

Editado por Bonnie Lee


Su mano empezó a acercarse a la mía, su cabeza se inclinaba, y mi corazón se detenía. No debía entrar en pánico, pero el pánico ya entró en mí… Dios, Dios, Dios.

—He escuchado mucho de la familia Erns por mi padre… tú debes ser el heredero al título de Conde.

La mano de George se cerró alrededor de mi brazo, con fuerza y sin delicadeza alguna, como era una costumbre para él. Pero debía estar agradecida, porque me movió unos pasos fuera del alcance de aquel muchacho.

Se podía ver como sus ojos sacaban chispas mientras la mirada de ambos jóvenes chocaron, provocando un ambiente de tensión. Mi hermano dejó en claro sus intenciones de no querer dejar que ese chico me tocara, y aunque Aldelois no parecía importarle tocarme o no, después de todo no me conoce, el insulto del rechazo era muy grande.

—Así es, y también he escuchado mucho sobre su familia. Su padre es uno  de los mejores estrategas de la corona. Y me alegra los rumores de que su hermano mayor se está recuperando, después de todo… Él es el heredero del título de duque, ¿verdad?

En el libro no mencionaban esta personalidad, esa forma de hablarle a mi hermano mayor con su media sonrisa y su frente en alta, de forma tan provocativa como si quisiera lograr alguna especie de riña.

No creí que él fuese tan… ¿Provocador? ¿Infantil? No estoy segura como describirlo, pero su expresión altanera era distinta a la actitud neutra del libro. 

Ese comentario era como meter el dedo en la llaga. Mis hermanos no se llevaban mal, John era un muchacho muy dulce y encantador, que se preocupaba por mi y por George… pero es cierto que al ser el mayor era el heredero al título de nuestro padre, y el hecho era que mi segundo hermano no era una persona que le gustara delegar el control, o siquiera perder algo.

No había tenido problemas de conseguir el puesto en el libro original, después de todo, John termina muriendo después de enfermar. Pero aquí, su salud ha mejorado considerablemente.

Creo que George no podrá conseguir el título a menos que…

—También estoy feliz por la recuperación de mi hermano, sé que él hará un buen trabajo desarrollando el puesto de Duque, después de todo… nuestra familia es considerada de las más prestigiosas, y mi hermano es tan inteligente como nuestro padre, sabe hacer honor al apellido. Como debe ser. —George supo responder sin usar los puños, pero aún así se notaba la dureza en cada una de sus palabras, no estoy segura pero creo que buscaba denigrar al joven Erns. Era como una pelea entre dos fieras, y ésto no podría acabar bien. Sólo me confirmaba que había sido una muy mala idea asistir a la fiesta.

—Señor George, Señorita Roxanne, el carruaje está listo. —la voz de Francis se escuchó detrás de nosotros, y fué como música para mis oídos.

Saber que por fin nos podíamos ir, sin tener que derramar sangre en esta fiesta era más que un alivio.

—Señorita Roxanne… ¿Ya se tiene que ir? —Los ojos suplicantes de Kalie eran como los de un pequeño cachorrito, me hacía sentir mal conmigo misma por querer irme de ésta fiesta, y dejar a ésta niña sin amigos sola.

—Mi hermana no se siente bien, así que nos retiramos por hoy a nuestra casa.

—Eso es una lástima, estábamos a punto de servir un delicioso pastel. —Sin embargo, la voz que escuché no fué de un niño o de alguien joven.

Me da miedo y confirmar quién es el que habla. Tuve que ver a la reina tras de nosotros, con ese hermoso porte firme que le daba ese toque de autoridad a su presencia, aún cuando su mirada seguía siendo dulce.

—Su Majestad, lamento tener que retirarme de su fiesta, pero mi hermana no se está sintiendo bien

Siento que está tratando de echarme la culpa. George, no estás siendo el más sociable si somos sinceros.

—Si ese es el caso, no deberíamos dejar que se vayan. La señorita Roxanne puede descansar dentro y llamaremos un doctor para que la atienda.

Oh no… oh no.

—…Es usted muy amable… Su Majestad, pero creo que sólo me hizo sentir un poco mareada el sol. Si puedo pedirle… Un poco de lavanda y leche… puedo prepararme algo para mitigarlo… Su Majestad —intentaba hablar con timidez ya que estaba segura de que me estaba tomando muchas libertades para hablarle a la reina, pero el pensar en un doctor de esta época. Tan solo la idea de revisándome, me daba escalofríos. Quizás me recete usar sanguijuelas…

—Que interesante petición, escuché que era una jovencita curiosa, señorita Roxanne, pero no creí que también le interesan los brebajes…

Creo que acabo de cometer un error.

—Empecé a leer libros especiales… Porque mi hermano mayor tiene una salud débil, y yo quiero ayudarlo… —con un pequeño y triste puchero intenté desviar la atención de las personas a mí alrededor de mi pedido de leche con lavanda.

A veces me olvido que sigo teniendo sólo cinco años, y las especificaciones de bebidas para sanar mareos no son comunes a esta edad.

Solo debí hacer lo que me dicen y ya.

—He escuchado sobre el estado de su hermano mayor… Pero no me cabe duda que su mejora se debe a tener a una hermanita tan atenta a sus necesidades.

—Muchas gracias, Su Majestad. Pero el crédito no es mío, mi hermano John a luchado para poder fortalecerse más, día a día.

—Que jovencita mas dulce, me hubiera encantado tener una hija como tú.

No me gusta para donde se iba yendo la conversación. Siempre empiezan con eso, y luego los padres hablan, y luego acabas con un matrimonio arreglado e infeliz.

Con una perfecta actuación, me moví algo torpe hasta que dejé caer mi pequeño cuerpo contra el de George, era una suerte de que él no me hubiera rechazado. En cambio, me abrazó con fuerza mientras que su rostro infantil se llenaba de preocupación, al igual que los demás que me rodeaban.

—Lo siento hermano mayor… yo… me sentí mareada de nuevo.

Por favor déjenme ir a casa, por favor déjenme ir a casa.

—Pobrecilla… Jane, Jane ven aquí ahora mismo y lleva a Lady Maquielo adentro para que se pueda refrescar, y que el cocinero de inmediato ponga a calentar leche con lavanda fresca.

Maldición.

—Es usted muy amable, su majestad.

Una sirvienta de avanzada edad se acercó a nosotros y me miró con un rostro serio e inexpresivo. En verdad no quería ir con esa mujer, ni quedarme en ese lugar, pero por el rostro de George, ya me había dado cuenta que aceptó la invitación sin tener que decir una sola palabra.

—Por aquí, señorita.

—Hermano mayor…¿Puedo acompañar a la señorita Roxanne? —la voz de Kalie, con su pregunta inocente, casi me sacó una sonrisa. Era una muchacha muy agradable, y era una aliada muy importante para mi nueva vida.

Si logro quedarme con ella a solas quizás pueda que me diga si le gusta mi hermano. Puedo hacer que ambos se interesen mutuamente, entonces podrían casarse y yo ya no tendría que casarme con Aldois para poder formar un lazo entre las familias.

—Si la señorita Roxanne no tiene problema con ello, yo tampoco —un escalofrío recorrió toda mi columna cuando mis ojos se encontraron con los del joven Erns. Era una sensación conocida y también era como estar con algo completamente nuevo a la vez.

—George, me gustaría que la señorita Kalie me pudiera acompañar. Así podrás estar en la fiesta, no me gustaría que padre se decepcione si ambos desaparecemos

Aunque parecía que iba a decir que no, George nunca logró negarse ante mis grandes ojos de cachorrito suplicante. Sólo pudo suspirar con resignación, y yo supe que había ganado esa batalla.

—Francis, acompaña a mi hermana y a la señorita Kalie en todo momento.

—Sí, mi señor.

Con calma, tomé el brazo de la señorita Kalie y caminé siguiendo a la sirvienta, dentro del palacio real. Las miradas tras mi espalda no se sentían con mucha comodidad, puedo asegurar que una pertenece a Aldeois, pero lo que no puedo decir es si es una mirada con sentimientos negativos o no.

—Señorita Kalie, le agradezco mucho que me haya acompañado. En verdad necesito resguardarme del sol, y no quiero que mi hermano se vea obligado a abandonar la fiesta por mi culpa. —Sonreí con suavidad a la niña, y ésta apenas me miró con timidez, pero también me sonrió, con ese carácter inocente e infantil

—No tiene que agradecer… A decir verdad tampoco estaba cómoda allí. Mi hermano mayor es suficiente como para hacer sentir orgullosa a mi madre. —La ví encogerse de hombros y apartar la vista, de alguna manera creo que puedo comprender lo que le estaba pasando, quizás se sentía que no estaba  la altura de estar allí. Pero era sólo una niña.

—¿Su madre esta presente?

—Si, ella estaba hablando con Lady Marionette… pero supongo que mi hermano le dirá que entre al palacio a hacerle compañía. —Cuando Kalie volvió a levantar el rostro para responderme le noté sonreír de nuevo, quizás esta vez de una manera más forzada.

—Eso espero, no quisiera meterla en problemas. —Quería poder revolverle el cabello, creo que era la niña más tierna que había podido conocer. Daban deseos de poder apretarle las mejillas y hacerle cambiar de expresión.

—¡No se preocupe! Mi hermano se encargará de eso, así que no hay manera que usted pudiera causarme problemas, estoy feliz de acompañarla. —Ambas nos sonreímos mutuamente, quizás nos iba a doler las mejillas después de mostrar tanto los dientes. Aunque rescate algo de lo que dijo que me hizo hacer una mueca por dentro.

—Se ve que su hermano mayor es una buena persona. —Murmuré más para mi, solo pensando que tan agradable podría ser alguien con una personalidad tan complicada como Aldelois.

Llegamos a una pequeña sala con unos cómodos y elegantes sofás de un increíble color jade, con madera de roble tallada. Frente a ellos, una pequeña mesa de fino cristal y patas de metal.

—Les traeré unas tazas de té, señoritas. —La voz de la anciana sirvienta no sonaba muy contenta, tampoco enojada, era como el tono perfecto de indiferencia.

Solo me hacía extrañar más la tierna personalidad de Kath… Quiero volver a casa.

—Bueno… su… su hermano mayor… también luce como alguien… amable —el tierno e infantil rostro de Kalie se fue coloreando de un rosa muy suave, quedaba en evidencia aquellos pensamientos tan dulces hacia mi no tan tierno hermano mayor.

Que niña tan tierna… ¿Qué le ve a George?

—Lo es, mi hermano mayor es alguien increíble. Pronto ingresará a la escuela junto a mi hermano John, pero su entrenamiento de caballero ya va muy avanzado.

—¿Su hermano será un caballero? Eso suena tan increíble, debe ser muy fuerte. —dijo Kalie, con ojos tan brillantes como los de un pequeño cachorrito cuando mueves una galleta frente a sus ojos. Sin duda el tema de mi hermano parecía de mucho interés para la jovencita.

Me pregunto si… ¿En el libro ella también tenía estos sentimientos por George?

—Mi hermano a veces puede ser un poco hosco, pero en verdad es muy bueno. Me cuida mucho, y también bastante tierno una vez que llegas a conocerlo, sé que algún día podrá hacer feliz a la mujer que se case con él.

Mientras hablaba, pude notar como las mejillas de Kalie van tomando un color de rosado a rojo en cuestión de segundos. Quizás se está imaginando su propia boda con mi hermano, típico enamoramiento a primera vista de una niña.

Espero que vaya a durar un par de años más.

♦ ♦ ♦

Nos quedamos hablando por casi una hora, Francis se había alejado un poco para darnos privacidad, aunque supongo que no estaba muy lejos. Era fácil conversar a pesar de que ella era una niña. Sin duda la cultura en este tiempo era diferente, aunque sí era mucho más estricta

Claro que Kalie no tuvo que lidiar con la educación cuando era un bebé, empezó a tener una tutora hace más de un año.

—¿Qué crees que haces tú aquí? —una voz chillona casi hace que mis oídos sangran, fué el ruido más irritante que alguna vez pudiera haber escuchado.

Pertenecía a una niña, de largos rizos castaños y un increíblemente llamativo vestido color rojo intenso. Toda ella derrochaba un aura de altanería, mientras se paraba frente a nosotras con sus brazos cruzados, y otras dos niñas mucho menos llamativas, paradas tras de ella como dos sombras.

—Disculpa, ¿Estás hablando conmigo? —respondí con calma, mientras sentía que me estaba apuñalando con sus ojos color rosados. Se sentía extraño, pero creo que esta chica me odiaba, pero nunca la había visto.

—Claro que te estoy hablando a ti. ¿Acaso eres tonta? Quiero saber que hace una bastarda como tu dentro del palacio de su majestad. Hasta donde sé, las hijas de las putas tendrían que estar en sus casas, encerradas donde la gente decente no puedan verlas.

¿Pero que?… ¿esta niña quiere que la golpee?

—Creo que no nos conocemos… ¿Por qué está diciendo esas cosas tan horribles?

—¿Cómo se atreve a hablarle directamente a la señorita Verónica? Que descaro. —una de las sombras habló, era una niña con una nariz achatada como la de un cerdo y tenía una expresión de asco en su fea cara.

Dicen que lo que cuenta es lo de adentro, pero creo que esta niña no es linda por dentro.

—Estás frente a Lady Verónica LaSort, es prima segunda de su majestad y la favorita para volverse la futura prometida del príncipe Maximillian, así que la gentuza como tu debe guardarle respeto.

Oh Diablos…

Frente a nosotras esta Veronica, uno de los personajes femeninos más irritantes de los cuales pude haber leído. Pertenecía al club de “Amo al Príncipe, y odio a la protagonista”, pero tampoco era una gran fanática de Roxanne.

Creo que tampoco vamos a empezar con el pie derecho en ésta versión.

—Eso no le da derecho de hablarle de esa manera a la señorita Roxanne, es sumamente algo grosero. —escuchar a Kalie defenderme me hizo emocionar, pero también la preocupación por alguien más apareció en mi cabeza, meterse con Verónica era meterse con la familia real, y esta niña no se da cuenta de ello.

—¿Quién te crees que eres para hablarle así a la señorita LaSort? —dijo al acercarse, como la mano redonda y regordeta de la secuaz más alta, y pecosa,  se acercaba a Kalie. Lo siguiente que sentí, fue un ardor en mi mejilla y las lágrimas cálidas que se acumulaban en mis ojos.

En ese momento mi guardaespaldas por fin apareció, con su mano en la empuñadura de su espada y oscuridad en sus ojos, estaba viendo a tres niñas como sus enemigas. Pero ahora mismo no tengo el ánimo para detenerlo, por que mi infantil cuerpo no puede dejar de llorar y hacerme sentir como si tuviera una sandía atravesando mi garganta.

—¿Qué es lo que esta pasando aquí? —aquella voz conocida me hizo reaccionar, y pronto pude ver el rostro sombrío de George mientras tiraba de mí para ponerme cerca suyo. Nunca creí que me sentiría tan feliz de verlo, mis piernas ya estaban empezando a fallar, así que solo me recosté sobre él, en búsqueda del apoyo fraternal que nunca me tuvo, pero que con urgencia ahora necesitaba.

A partir de esto, no estaba segura de lo que ocurrió, ya no quería saber nada más sobre este absurdo mundo aristocrático donde las niñas se sentían con el derecho de golpear a otras por absolutamente nada.

6 respuestas a «El plan de la villana Roxanne – Capítulo 13: La fiesta, el príncipe y ninguna Cenicienta (3)»

  1. ¡Oh! ¡Vaya! Esto no lo vi venir. (⑉⊙ȏ⊙)
    ಥ╭╮ಥ Pobre de Roxanne. Es una adulta en el cuerpo de una niña, pero sus emociones cada vez más se compatibilizan con la de una niña…
    (┛✧Д✧))┛彡┻━┻ ¡Llamarla hija de una puta…! Aun si se hallara en el cuerpo de una adulta, le hubiese dolido.
    (┛✧Д✧))┛彡┻━┻ ¡Y ese lenguaje…! ¿Quién le enseña ese tipo de palabras a una niña pequeña?
    ತ_ʖತ La educación a los pariente de la reina deja mucho que desear.

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