Un villano puede salvar el mundo por amor – Capítulo 13: El día del sacrificio

Escrito por Iszeth

Asesorado por Maru

Editado por Tanuki


La mujer que me dio a luz, últimamente, estaba siendo muy complaciente. Tan complaciente, que incluso me otorgaba lo que necesitaba sin decir una palabra; creo que su docilidad es síntoma de su rendición. Quizá se dio cuenta de que, a la larga, mis acciones le darán un mayor beneficio, sobre todo si logra congraciarse conmigo.

Ahora, es momento de continuar con lo que inicié el día en que conocí a Torrence Bach.

He pedido a Vikhus que comprara a los mercenarios que prestaban sus servicios a la Sociedad Arqueológica bajo el nombre de algún cazador de reliquias conocido; también me he asegurado de que se silencie permanentemente a todo aquel que sea testigo de cosas que no debería.

Esta será la primera sangre que derramé por ti en este tiempo, Canaria.

Estoy un poco ansioso. El movimiento oscilante del carruaje en el que me dirijo a mi destino me pone un poco más expectante. Ya he comprobado una y otra vez la daga que he mandado a forjar especialmente para esta ocasión.

Es una suerte que en ésta época, en el mercado negro aún se marquen a los esclavos con este tipo de utensilios a pesar de que el hechizo en sí sea diferente. Claro, tuve que hacer algunas modificaciones para que funcionara adecuadamente en el tipo de ser al que está destinada.

El hecho de que pude grabar la semilla de alma de Amon con esta pequeña herramienta, ya era todo un logro. Este es el día en que pienso terminar el trabajo y hacerme con los Cultores Crepusculares de Lothien. Probablemente, algunos perezcan en el proceso, pero eso es un buen precio a pagar por los beneficios que me traerá a la larga si es verdad que hay más de una de esas semillas regadas por todo el mundo.

El carruaje se ha detenido. Vikhus, quien era el conductor de este carro sin escudo de armas y sin ventanas, abrió la portezuela y anuncia la llegada a nuestro destino.

El sol está en su punto más álgido, sin embargo, en pocos minutos se ocultará tras la luna en un fenómeno natural conocido como eclipse. En ese momento preciso es que la semilla del alma de Amon deberá ser inoculada en su receptáculo. O al menos, eso es lo que planean hacer los Cultores si es que alguien con suficiente conocimiento y poder no irrumpe en sus labores.

Obviamente, ese alguien soy yo.

El equipo élite de las rosas azules que mi progenitora maneja ya se ha instalado en las inmediaciones. Vestidos de pies a cabeza de negro, con la cara oculta tras máscaras sin facciones, el único distintivo que se nota en ellos es ese bordado de la flor favorita de Rosemaríe.

Debo aceptarlo, a pesar de que ella en realidad no tiene poder político, su función como sombra del Rey es bastante buena, a tal grado de que se ha procurado gente como ésta por el bien de mantener oculto el lado oscuro de la corona.

Si tan sólo Rosemaríe no fuese tan ella, probablemente el rey aún la mantendría a su lado debido a su excepcional manejo de recursos por el bien de la familia real.

Aún me sorprende que no apele a los secretos y poder que tiene en el bajo mundo para controlar a Padre. Probablemente, una mujer frívola como ella no quiera simplemente el poder, si no la atención del rey.

Ah… De algún modo te entiendo, Rosemaríe. Sólo quieres que la persona que amas se dé cuenta de tu existencia. Una vida tan triste como la tuya, esperando a que el hombre que amas voltee a verte, te ha llevado al grado de incluso querer usar a tu hijo como un medio para ser notada, ¿no es así? Te entiendo tanto… no obstante, no puedo perdonarte.

—Vikhus, creo que es hora de que empiece la cacería.

—Como lo ordene, alteza.

La oscuridad aún no se instalaba, pero el sonido de unos cánticos se escucharon momentos antes de que el primero de los miembros de las rosas azules ingresara al recinto. Los hombres-sombra desfilaron rápida y silenciosamente hacia la entrada mientras aquellos cantos subían la entonación, para momentos después, volverse gritos de sorpresa y dolor.

En menos de dos minutos, los miembros de la secta de los Cultores Crepusculares habían sido inmovilizados.

Cuando entré al lugar acompañado de Vikhus y un par de luces mágicas para poder ver la escena, me topé con el cuadro bastante tétrico de un niño en un altar de sacrificio, temblando de miedo. Había circuitos mágicos por todo el lugar, hechos con una sustancia muy parecida a la sangre humana, y los quejidos de los cultores siendo sometidos y amagados realmente daban un toque extra un tanto escalofriante. Alguien que no estuviese acostumbrado a este tipo de escenas, seguramente vomitaría debido al estrés y a la angustia; me alegra que Canaria no fuese testigo de algo como esto. Haría y haré cualquier cosa para que situaciones como ésta no se le presenten en un futuro.

El niño que vi allí, llamado Lars Cetisier, estaba casi en los huesos. Su cabello oscuro y largo le caía por la cara y los hombros, ocultando sus ojos y casi todo el rostro. No podía asegurarlo, pero creo que estaba temblando de miedo, y al parecer, se había hecho encima en algún momento mientras los miembros de las rosas azules hacían su trabajo.

—No queda mucho tiempo, su alteza. —Vikhus, con una voz suave, como para evitar asustar más a nuestro querido objetivo, me susurró al oído.

—Lo sé —cuando me acerqué, Lars retrocedió casi inmediatamente dando un grito de terror tan agudo y fuerte que sentí que mis tímpanos se rompían.

Otra voz, detrás de mí, empezó a gritar también. Era más grave y adulta, era la voz de mi querido futuro colaborador Torrence Bach.

—¡No! ¡NO! ¡El amo! ¡Nuestro Dios!

Tsch, ¡no habrá más amo y dios para ustedes de hoy en adelante más que yo! —pensé. Era molesto, así que con un ademán ordené que lo silenciaran momentáneamente.

Torrence dejó de gritar, pero en su lugar, empezó a gemir como un cerdo. Ah… debo enseñarle modales apropiadamente después.

Hice mi mejor cara mientras me acercaba al pobre Lars, imitando a un dulce niño como solía hacerlo cuando deseaba algo de mis mayores; para atrapar a una mosca, una trampa de miel era necesaria, y yo realmente sabía cómo asemejarme a un dulce y lindo postre azucarado.

Me presenté con una voz suave, como cuando intentas atrapar a un gato asustadizo. En este momento, el pobre y débil Lars no era más que un animalito maltratado y temeroso que necesitaba de una mano amable para poder salir de su escondite.

Al fin, cuando levantó su cara, pude ver esos ojos negros casi muertos, con una chispa de algo. Duda, miedo, alivio… ira.

Su rostro poco a poco fue cambiando en una gama de sentimientos que mantenía ocultos hasta este momento; su mente gritaba por venganza, por dolor y por anhelo. Me di cuenta entonces de que él realmente funcionaría. Él aceptaría lo que iba a ofrecerle porque lo deseaba, lo deseaba tanto como el amor de su madre.

—Si te ofrezco el poder para vengarte, ¿lo tomarías?

Lars no dudó ni por un segundo. Ni siquiera me miraba a mí en ese momento, él mantenía fija su mirada en algo más que me era imposible ver, como si su voluntad se decidiera por los susurros de un fantasma.

Pobre alma desafortunada, ¡me recuerdas tanto a Canaria! Por eso, decidí preguntarte antes de hacer lo que debía hacer. Si hubieses dicho que no, simplemente terminaría con tu sufrimiento. Pero, no voy a negar que tu sed de venganza es hermosa, y un alivio, pues ya no tendré que buscar a otro que tome tu lugar.

Los gritos de cerdo de Torrence seguían, pero estaba tan complacido, que me parecían más un cántico alegre que lo que realmente eran.

¡Maravilloso! ¡Maravilloso! ¡Al fin podré comprobar si lo que hice con la semilla de alma funcionará completamente!

Lars se recostó nuevamente en el altar. Cambié un par de cosas en los circuitos mágicos que ya estaban previamente escritos. Este era un grabado espiritual que se hacía hace mucho tiempo en los esclavos, así que debía ser cuidadoso; claro, hice algunas modificaciones, pero eso no me aseguraba que las cosas irían completamente como las tenía previstas. En primer lugar, la marca de esclavitud en el alma se había prohibido debido a que el esclavo sólo tendría un maestro por toda la vida. Si el maestro moría, el esclavo también, pero si ocurría al revés, no pasaba nada. También, la marca de esclavitud evitaba que alguien reencarnara; se decía que aquellos esclavos que fueron marcados en el alma, se quedaban vagando para siempre en el mundo de los vivos. Aunque lo segundo no me consta, me parece interesante el hecho de que algo tan insignificante como una marca permanente en el código de vida del individuo pueda hacer que ocurran cosas tan curiosas como obedecer a un tercero a costa incluso de la vida misma.

Lo más divertido de la marca de esclavitud era que, absolutamente, el esclavo debía hacer todo lo que se le ordenara así entrara en conflicto con sus deseos, intereses, voluntad o esperanza de vida. Si yo le pidiese a Lars que se suicidara inmediatamente después de marcarlo, él lo haría sin dudar a pesar de no quererlo o incluso si tratara de evitarlo, su cuerpo simplemente lo haría.

Esto era completamente diferente del lavado cerebral que alguna vez hice en ciertos subordinados míos, ya que había logrado controlar incluso sus emociones hacia mi persona, pero sólo eso.

Levanté la daga mientras recitaba el catalizador para la activación de los circuitos. Lentamente, sentí mi mana ser drenado por la daga, fluyendo a través de su empuñadura y bajando hasta la hoja, como si aquel instrumento se hubiese vuelto una parte mía. Al tocar la piel de Lars, él se contorsionó en un gesto de dolor, sin embargo, lo aguantó más de lo que pudiese haber esperado. Intentó no moverse tanto mientras la hoja llameante de mi mana surcaba su alma con el sello de la esclavitud. Mi sello personal.

Sentí como el maná fluía de mi cuerpo hacia la hoja, drenando poco a poco incluso mi energía vital. No fue tanto como para cansarme, pero una sensación de pesadez se apoderó de mí luego de terminar el conjuro de esclavitud.

Los ojos acuosos de Lars en su rostro infantil y maltratado miraban fijamente los circuitos mágicos en el techo. Había ordenado rápidamente que los modificaran, gastando la sangre de uno de los cultores presentes, ya que debían de hacerse con ese líquido específicamente. Esos ojos parecían ver más allá, como si de alguna manera todo el mundo se hiciera transparente ante él. Quizá, debía apresurarme.

Afuera, en este momento, el sol se ocultaba tras la luna en un fenómeno astronómico que pasaba cada diez años; podía sentir como, en el lugar donde estábamos, las diferentes energías mágicas, sagradas y oscuras, convergían en un solo lugar: el altar donde Lars esperaba febrilmente lo prometido.

Vikhus me había acercado el cofre donde guardé la semilla de Amon. La había robado la vez que visité las ruinas, y dejé una falsa hecha con piedras mágicas y cristales de alma de bestias de categoría EX.

Debía admitir que, a pesar de ser un seguidor de Rosemaríe, Vikhus estaba sorprendiéndome con respecto a su disponibilidad para seguir mis órdenes y guardar ciertas cosas. Aunque, quizá es una estrategia de ella para ganar mi confianza. Nunca podré estar completamente seguro.

La semilla de Amon brillaba en una luz oscura, como si absorbiera la luminosidad en su interior; del tamaño de una moneda de oro, la única parte que no era completamente oscura estaba ardiendo en rojo. Era la marca que le había puesto, sacrificando unos días de mi vida para poder hacerlo. Fue costoso, doloroso para un cuerpo no desarrollado de un niño, incluso podría admitir que pude haber muerto, pero lo hice; había conseguido hacer una marca de subyugación a este ser como la que se hace en los dragones y bestias mágicas de rango superior para domesticarlos.

Había investigado tanto… estaba cansado, pero aun así, toda mi energía parecía rebosar en este momento. Era la hora de que Amon y su contenedor sean completamente míos.

Todo por ti, Canaria. 

4 respuestas a «Un villano puede salvar el mundo por amor – Capítulo 13: El día del sacrificio»

  1. Como siempre, me encanta como nuestro pequeño villano está haciendo todo por Canaria, algo refrescante de ver puesto que es el punto de vista del que sería el ML en otras historias y sobre todo: un Yandere. Ajsjsjsjs. Solo hay algunos errores del tiempo como que a veces usan pasado y luego vuelven al presente pero se entiende que están mejorando poco a poco.

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