Evento de San Valentín 2019 – Lord Black Hat y la puerta secreta

Participantes: Maru, Typical Nets Game, Lan, Skyler, Portox, JS FRanco, Shisei, Touka-chan, Aru, E-Meet


Ha llegado el apocalipsis. El 70% de la población mundial ha muerto. Siempre se creyó que la muerte llegaría por medio de las guerras… pero nadie pensó que sería porque los villanos de nuestras historias favoritas llegarían para matarnos a todos.

En medio de una de las tantas ciudades destruidas, una situación desesperada estaba llevándose a cabo. Tres jóvenes, dos muchachos y una chica, hablándose a los gritos. Dos de ellos se encontraban en el suelo, y uno retrocedía lentamente de los otros.

Ese muchacho, Portox, acababa de cometer un gran delito, algo imperdonable.

Acababa de apuñalar a Lan, su compañero, por la espalda.

Skyler, que estaba arrodillada al lado de su amigo caído, intentaba pensar en alguna forma de proceder mientras caía cada vez más en la desesperación.

—¡¿Por qué… ?! ¡¿Por qué Portox ?! ¡Era tu amigo! —gritó perdiendo la esperanza. Intentó hacerle presión a la herida, pero la sangre salía en grandes cantidades.

Si quería salvar a Lan necesitaba urgente sacarlo del campo de batalla.

Las balas silbaban sobre ambos, explosiones ocasionales junto con el denso humo y olor a sangre en el ambiente cubrían el lugar. Viendo cómo las cosas podían empeorar fácilmente si se quedaba allí, Portox se escabulló utilizando la humareda para ocultar su rastro.

Lo último que vio al entrar al edificio, fue a Skyler, su ex-compañera, atendiendo la herida de su amigo Lan, quien yacía en el suelo desangrándose poco a poco.

Por otro lado, la otra persona que estaba en la escena se quedó estupefacta. JSFranco sólo estaba allí porque su jefa, Skyler, le había ordenado que observara la situación… Nunca se esperó que el traidor resultara ser Portox.

Envuelto en pensamientos de venganza y traición, él terminó de perder la calma cuando escuchó los gritos de Skyler.

—¡Maldita sea, idiota! ¡¿Cómo vas a dejar que te apuñalen?! ¡¿No sabes lo importante que eres?! ¡Maldita sea, maldita sea, maldita sea!

—Sky… ¡Iré tras él!

Antes de escuchar su respuesta, Franco salió disparado tras Portox. No podía dejar las cosas así, sentía que tenía que hacer algo.

Tal vez… Solo tal vez, Skyler podría notarlo, podría verlo de una manera distinta.

Sin el coraje para confesarse… ¡Solo podía hacer esto!

Así que corrió lo más rápido que pudo persiguiendo al desgraciado de Portox.

Por otro lado, Skyler se estaba quedando sin opciones. No estaban en un lugar donde pudiera hacer una operación como la que Lan necesitaba urgentemente, y sus conocimientos en primeros auxilios no parecían funcionar. Necesitaba ayuda de inmediato.

En ese momento, una figura encapuchada se le acercó y se agachó a su lado.

Estando en medio de una pelea, alguien así debería haberla asustado, o por lo menos debería haberse puesto en guardia. Sin embargo, no había persona en ese mundo que no conociera a esta entidad.

Shisei se paseaba por los campos de batalla en busca de su próximo cliente.

Nadie sabía realmente quién era, o de dónde había salido, pero en este mundo apocalíptico donde todos peleaban contra todos, había una regla tácita que debía mantenerse sin importar qué: no se tocaba a Shisei.

Ella vagaba por este mundo que parecía estar llegando a su final sin que nadie supiera su verdadero objetivo. Tarareaba una melodía sin letra por lo bajo cuando se encontró con la escena, y de inmediato se acercó para hacer lo que siempre hacía.

—¿Quieres esta poción? —le preguntó a Skyler, que dio un pequeño salto al escuchar su voz repentinamente. —Te aseguro que podrá salvar la vida a tu amigo. Sin embargo, nada en esta vida es gratis, desconfía de aquellos que te dan algo gratis sin conocerte. Así que tendrá un precio, tan alto como aquello que te otorgo.

Skyler la miró confundida y desconfiada. Todos conocían a Shisei, pero lo que nadie decía era el precio del que Shisei siempre parecía advertir. Era otra regla tácita que parecía envolver a esa mujer: Nadie le preguntaba sus motivos, y cuando contaban su encuentro, nadie explicaba el precio que tuvieron que pagar.

La joven que todavía no había dejado de presionar contra la herida de Lan comprendió fácilmente la razón de estas reglas.

♦ ♦ ♦

Lejos de la escena se encontraba una joven caminando a lo largo de los edificios destruidos… Bueno, en lugar de caminar, podría decirse que se tambaleaba mientras avanzaba.

La vista de Touka estaba nublada. El escenario a su alrededor era algo impresionante, a tal punto que no lo hubiera imaginado ni en sus pesadillas. Por un momento pensó que la razón de su mareo se debía a la falta de azúcar, después de todo llevaba varios meses comiendo nada más que sardinas en lata.

Sin embargo, una vez que dio la vuelta a la esquina, encontró lo que buscaba. Allí estaba Shisei, intentando venderle a Skyler una de sus famosas pociones, mientras a sus pies el joven Lan moría lentamente.

Touka cuadró los hombros y los miró determinada. Iba a comenzar su plan de una vez por todas, ya no era el tiempo de pensar si debía involucrar a todos o no. Ahora que Lan había caído, el juego no podía evitarse.

Es lamentable, pero el destino de Lan está sellado ahora. Pensó. La hora de quedarse mirando como espectador había terminado, después de todo, si hasta Shisei estaba tomando acción eso quería decir que las cosas estaban peor de lo que pensaba al principio.

Se limpió los labios del aceite de su última lata de sardinas con una tela que encontró en sus bolsillos y avanzó con rapidez hacia el caído.

Antes de que cualquiera pudiera reaccionar, tomó la herida de Lan entre sus manos y le echó un líquido extraño. Él se removió en su inconsciencia, e incluso derramó lágrimas de dolor.

—¡¿Qué haces?! —gritó Skyler, empujándola lejos con fuerza. No sabía quién era esta chica que acababa de regresar, ni qué le había hecho a Lan.

Ante los ojos de las tres, sin embargo, la herida pareció cerrarse. Skyler y Shisei miraron sorprendidas cómo la expresión de dolor de Lan parecía ceder, pero él no despertó.

—El resto depende de él. —dijo Touka desde donde estaba tirada. Recibió miradas cautelosas de las otras dos, y todas parecieron llegar a un acuerdo implícito.

Esperarían a ver qué sucedía. Entonces actuarían.

♦ ♦ ♦

No muy lejos de ellos, una persona observaba la situación.

—Estoy rodeada de idiotas… —dijo Maru entre suspiros mientras veía en la distancia cómo Lan se desangraba.

No merecía la pena ni que moviese un dedo por él.

Chasqueando la lengua, miró en la dirección en que Portox huyó y, tras sonreír un poco, lo siguió. Ese bastardo se había llevado algo muy importante que necesitaba desesperadamente, y el estúpido de Lan se había dejado engatusar demasiado fácil.

—Supongo que tendré que hacerlo todo yo. —dijo mientras se montaba en la moto.

Tras cargar su rifle de asalto, se puso en marcha.

Espero que Lan muera de una vez y deje de ser una molestia.

♦ ♦ ♦

Recordemos que el mundo se ha acabado. La anarquía es la ley, y los villanos son los líderes. En un mundo como este, es matar o morir, así que, ¿qué opciones hay para sobrevivir?

—Yo lo tengo muy claro. —dijo Typical mientras caminaba por un sendero vacío en una ubicación desconocida. —Si todos estamos condenados por los villanos, entonces me volveré uno.

Sin salir de las sombras, el muchacho avanzó por las calles, subiéndose a los techos de los edificios para evitar las batallas que ocurrían.

Pronto, llegó a uno de las torres más altas del lugar, y cargó el rifle que llevaba en su espalda. Desde donde estaba, podía ver perfectamente de un lado a Portox corriendo con JSFranco detrás, y a Skyler, Touka y Shisei tratando la herida de Lan.

—Si el poder será de los villanos, me volveré uno de ellos. Es demasiado obvio.

Sin dejar de recitar su credo, puso el ojo en la mirilla y apuntó. Al mismo tiempo, una sonrisa se extendió en su rostro cuando se encontró con la persona que corría a toda velocidad a lo lejos.

—Fui muy sabio, y gracias a ello pude sobrevivir mientras otros perecían.

Apuntando a quien corría con todas sus fuerzas, mientras jadeaba cansado…

—Por la gloria que Lord Black Hat me dio, amaré este mundo.

… disparó después de sonreír por última vez.

♦ ♦ ♦

Por otro lado, Lan seguía agonizando. Su visión estaba nublada por la sangre, y se sentía confundido. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que lo apuñalaron? ¿Ya estaba muerto?

¿Todavía no?

¿Maru habría logrado arreglar la situación?

El dolor que recorrió su cuerpo cuando alguien tomó su herida hizo que perdiera la consciencia por unos minutos.

O eso es lo que suponía que sucedió, porque en un momento tenía a Skyler presionando la herida para evitar que se desangrara, y al siguiente ella le estaba gritando algo a Touka mientras que Shisei les dirigía una mirada calculadora a todos.

¿Cuándo fue que ella llegó? Se preguntó mientras miraba a Touka. ¿Cuándo llegó ella aquí? Pensó alarmado al ver a Shisei.

De repente, la vendedora se giró hacia él y lo miró fijamente por un largo rato. Entonces, como si hubiera descubierto un tesoro, sonrió de oreja a oreja.

Eso… Tengo un mal presentimiento…

Aprovechando que Skyler y Touka estaban distraídas, Shisei se acercó y le puso algo en la mano.

Entonces, varias cosas sucedieron.

Primero, Lan pudo escuchar el ruido de un motor. Eso quería decir que Maru, viendo la situación, fue en persecución de Portox. Y eso quería decir que….

Fui abandonado.

Lan lamentaba haber arruinado su plan, pero eso no quería decir que Maru debía abandonarlo a su suerte. Aunque él había sabido desde el principio que el grupo en el que estaba se acercaban más a mercenarios que a otra cosa… Nunca se imaginó que lo abandonarían sin nada.

En ese momento sucedió algo más. Un calor recorrió su cuerpo desde la herida, y poco a poco, Lan sintió cómo esta se cerraba. Todavía estaba mareado por la pérdida de sangre, y no era como si hubiera salido del peligro, pero por lo menos ahora ya no tenía un tajo atravesando su estómago.

Ya lo verá…. Aunque Maru persiga a Portox no logrará nada. Porque la segunda llave… La tengo yo. Pensó Lan. Todos solían subestimarlo, pero no deberían de olvidar que él también fue uno de los supervivientes del apocalipsis.

En este mundo, donde el 70% de la humanidad se encontraba destruido, y el 30% peleaba diariamente, él no se encontraba escondido y esperando su salvación, sino que fue a las líneas delanteras a pelear junto a los demás.

Lo primero será recuperarme… Después vendrá lo que deba venir.

Y con esos pensamientos, Lan cerró los ojos.

A su lado, otra persona se encontraba muy preocupada con la situación.

Skyler no planeaba que esto sucediera… De hecho, se estaba saliendo fuera de sus manos.

A pesar de que había sido cuidadosa… A pesar de que se infiltró con éxito y se movió como él quiso, estaba a punto de perderlo todo sólo porque Portox actuó de forma inesperada.

Se suponía que debía herirlo, no matarlo… Maldita sea, si él muere, entonces no importa quién tenga las llaves, la puerta no se abrirá…

Con la sangre de Lan entre sus manos, Skyler vio cómo Shisei se alejaba de él luego de darle algo. Quizás… Quizás las cosas no estaban del todo perdidas. Si su ex-compañero se las había arreglado para atraer la atención de Shisei, entonces podría salvarse.

Del mismo modo, si la vendedora sabía del verdadero valor de Lan, entonces debería dar todo por perdido.

Esto será una apuesta, entonces… Con esto, los que esperan desde las sombras comenzarán a moverse. Mientras que Franco o Portox se encarguen de Maru, entonces no me importa quién sobreviva de allí, lo importante es que la llave le llegue a esa persona…

—Hey Shisei… Quien te dijo que vinieras, fue esa persona… ¿verdad? —le preguntó Skyler.

♦ ♦ ♦

Lejos de esa escena, la persecución todavía se llevaba a cabo.

Portox aprovechó la destrucción y entró por una apertura en la pared de un edificio causada por una explosión. Atravesó el lugar rápidamente, y por primera vez en mucho tiempo, se permitió relajarse, pensando que por fin los había dejado atrás.

Sin embargo, le llegó un ruido de atrás, hecho por Franco que no le perdía la pista. Además, a pesar de que los ruidos de la batalla a lo lejos deberían haber tapado el sonido del motor, este se escuchaba con claridad.

Es decir, Maru también se introdujo en la carrera.

—Joder, esta vaina no tendría que haber sido tan difícil…

Ahora mismo sólo tenía que preocuparse por Franco, pues todavía tenía varios edificios antes de que tuviera que salir a la carretera y exponerse a Maru. Además, el compañero de Skyler se acercaba rápidamente, después de todo siempre fue un buen corredor.

—Casi llego a la alcantarilla, sólo un poc-

Un disparo impactó en su pierna.

¡Creí que había perdido a Maru!

Portox volteó rápidamente la tapa de la alcantarilla, y se encontró con un pequeño roedor que lo miraba expectante.

—¡Tanuki! ¡Toma la llave! —le gritó mientras le extendía el pequeño pedazo de metal al animal.

Asegurándose de haber hecho su trabajo, Portox cayó al suelo agotado y se apretó la herida de bala con fuerza para evitar desmayarse por la pérdida de sangre.

—No importa —jadeó. —Todo sea por Lord Black Hat.

Detrás de él, Franco lo presenció todo.

—¡Maldición, por suerte practiqué parkour de joven! —dijo mientras saltaba de los escombros, en el momento exacto en que el disparo resonó por el lugar.

Franco se quedó congelado. Desde las sombras, pudo ver un rifle apuntando a Portox, quien casi cayó al suelo pero logró sostenerse a tiempo.

Suspiró aliviado, ya que no quería ver al otro muerto, sobre todo cuando tenía tantas preguntas que hacerle. A lo lejos, pudo escuchar el rugir de una moto, pero lo pasó por alto.

Después de todo, no muy lejos se estaba realizando una batalla.

Sin embargo, esos segundos de inmovilidad le costaron caro.

Portox siguió moviéndose sin preocuparse por la herida, abrió la tapa de la alcantarilla y tiró la llave dentro… Donde una pequeña rata marrón la tomó.

Y entonces, un rugido resonó en la habitación.

♦ ♦ ♦

Junto al cuerpo de Lan, Shisei no podía dejar de sonreír. Le había dado el objeto a Lan como lo planeaba: dos pastillas, una roja y una azul, y ninguno lo había notado.

Hace eones dos personas extrañas con gabardina y gafas de sol me dijeron que necesitaría estas pastillas… Hoy es el día.

Sin perder la sonrisa, Shisei comenzó a marcharse. Ahora tenía a otra persona más debiéndole algo. Por supuesto, ella se guardaría el pago…

Por ahora…

Sin notar el intercambio, Touka y Skyler dejaron de discutir. Sin llegar a nada, y en un rápido movimiento, Touka golpeó a Skyler y la desmayó. Entonces llamó a Absolute, su compañero, y le pidió que trajera el camión.

Las cosas se estaban saliéndose del control de todos. Cada uno creía estar llevando las cosas en la dirección que quería, pero la realidad era muy diferente.

Mientras Touka se llevaba a Skyler y a Lan, Absolute buscaba a Tanuki con el rastreador que le pusieron a la llave que Portox se llevó.

Al final, la luz se extinguirá y la oscuridad reinará… pensó Touka mientras el camión aceleraba.

Dentro, Lan dejó de fingir estar dormido y se tragó las pastillas que Shisei le puso en la mano antes.

Sin embargo, sucedió algo que ninguno esperaba.

El respeto que Shisei tenía en el bajo mundo no era sólo porque ella conseguía cosas que ni sabía que necesitabas, o porque nadie sabía el precio que pedía y, por lo tanto, no sabía que debía alejarse.

Tampoco tenía su inmunidad en la batalla por ser una cara bonita. La raíz de su poder residía en que, aunque en ocasiones el pago por sus productos era elevado, ella nunca traicionaría a un cliente. Siempre les daría lo necesario y nunca atacaba a nadie.

Por eso Lan se comió las pastillas sin pensarlo.

En ningún momento se le ocurrió que estas serían la causa de su muerte.

Para cuando Skyler se levantó tiempo más tarde, Lan ya no tenía ningún tipo de salvación. Y como no servía de nada lamentarse, ella tomó la llave que sabía que tenía en el zapato y se la colgó en el cuello.

Además, encontró los chocolates que el muchacho tenía en su bolsillo y se los quedó.

♦ ♦ ♦

Cuando Maru logró meter la moto entre los edificios, la escena que se encontró era demasiado inesperada.

Al ver a su amado Portox en el suelo sangrando, la ira nubló su vista y sus sentidos. Sin siquiera notarlo, lanzó un rugido que hizo eco en la habitación y, levantando su arma de un movimiento, le disparó a Franco.

Él se había dado la vuelta sorprendido al escuchar la moto, pero no logró moverse a tiempo, ya que Maru ya había apretado el gatillo. Lo que ella no notó, es que él había retrocedido por el susto de encontrarse del otro lado del cañón del arma. Y en el instante en que ella disparó, el joven cayó al suelo a tiempo para evitar morir de inmediato.

Aunque no pudo evitar quedarse desmayado por el impacto.

Maru esperó unos minutos, y cuando nada sucedió, bajó su rifle, pensando que había acabado con Franco. Se acercó lentamente a Portox, quien la miró con una expresión resignada.

—Tú sabes… Podrías dejarme ir. Todavía estamos a tiempo. Ya no tengo la llave, ya no les debo nada a ese grupo. Podemos volver a ser los dos… Sólo los dos —dijo en un intento por arreglar la situación.

Sin embargo, Maru lo sabía.

—Ya es tarde, Portox… Y lo sabes. Sabes lo que sucederá si entregas esa llave, pero no te importó… Nunca lo hizo.

Ahora la única forma en que podía terminar todo, sería eliminarlo. Aunque le desgarrara el corazón, si quería que el mundo siguiera en pie… tenía que hacerlo.

♦ ♦ ♦

Typical se retiró de la escena en cuanto vio que la bala impactó contra la pierna de Portox. Después de todo, bajo ningún concepto quería que Maru lo atrapara en la escena, mucho más siendo que acababa de dispararle a su amado.

Caminó hacia el punto de encuentro, donde se reunió con el ratón.

Nombre en clave: Mapache. Nombre real: desconocido. Apodo: Tanuki.

Typical acarició al animal, su agente de mensajería, y tomó la llave que tenía.

—Bien hecho, Tanuki. El amo Black Hat te recompensará gratamente.

Salió de allí sin dejar rastro de su presencia. Por la agitación del mapache era claro que lo perseguían, y no debían atraparlo bajo ningún concepto. Después de todo, al Amo Black Hat no le gustaba los pobres desempeños.

—Hiciste tu parte Portox, es una lastima que no duraras más… Bueno, es hora de recoger a la nueva recluta que dejaste.

♦ ♦ ♦

Dentro del camión, la situación dio un giro inesperado.

De alguna forma, Lan había logrado aguantar las píldoras. No sabía lo que había pasado, pero de lo que estaba seguro es que estaba vivo, así que no iba a cuestionárselo mucho.

—No debí haber hecho eso… —dijo con un gruñido, arrepintiéndose de haber tomado la pastilla.

Al instante, Skyler se levantó a su lado y lo miró sorprendida. Justo cuando estaba pensando en obligarla a comerse los chocolates envenenados, ella habló.

—Lan, ¿estás vivo? —le preguntó. Él la miró con odio.

No es de extrañar. Pensó. Estuve engañándole por mucho tiempo para hacerme con su llave.

Sin embargo, si algo le había enseñado este mundo, es que no era amable. Es un mundo gobernado por villanos.

Y cuando no puedes combatirlos… te unes.

En ese momento, ambos escucharon el ruido de un motor.

♦ ♦ ♦

Franco estaba perdiendo demasiada sangre. En cuanto recuperó la conciencia y se encontró en un charco del líquido, supo de inmediato que sería el fin.

Alejados de él, Maru y Portox parecían estar en medio de una discusión. La pérdida de sangre le dificultó entender lo que decían, pero no necesitó entender nada, porque Maru se alejó hasta llegar a su moto, la cual estaba en la entrada del edificio.

Lo suficientemente lejos como para no poder hacer nada.

Los dos muchachos quedaron solos. Ambos sabían que ya no tendrían un papel en la lucha por las llaves, que habían sido dejados de lado, pero ninguno se quería rendir.

Con las pocas fuerzas que le quedaban a Franco, se movió lentamente hacia su mochila y sacó su arma, una fusta.

Por otro lado, Portox, pensándose solo, comenzó a fabricarse un torniquete para su pierna. Por suerte la bala había logrado atravesarlo así que no tenía que preocuparse por ello, y la sangre había dejado de salir durante su conversación con Maru.

Todavía no estaba muy seguro de qué parte de sus palabras llegaron a convencerla.

Lo más probable es que me haya dejado ir porque pensó que no me quedaba más tiempo… Pensó Portox.

Eso ahora no importaba, lo que tenía que hacer era salir de ahí y agruparse con Typical y Tanuki. Todavía quedaba Skyler en la escena, y después de trabajar juntos por tanto tiempo sabía que podía dejárselo a ella, pero no se sentía bien rendirse sin intentar luchar.

Una vez terminó con los primeros auxilios se puso de pie para hacer el camino de regreso a la escena. Caminaba lentamente, con cuidado para no empeorar su herida, cuando escuchó un ruido a su espalda.

Se volteó rápidamente, pero el movimiento causó que su visión se volviera borrosa. Antes de poder enfocar adecuadamente, se encontró cara a cara con una fusta, la cual Franco había lanzado con sus últimas fuerzas.

Sin poder hacer nada, el arma golpeó su cráneo y lo rompió de un solo golpe.

Lejos de él, Franco cayó al suelo después de haber usado la energía restante que tenía.

Ambos chicos, antes amigos y compañeros, se hundieron en la oscuridad.

♦ ♦ ♦

En cuanto a Absolute, que conducía el camión, murió, Touka supo que estaba en problemas. Salió lo más pronto que pudo del camión, pero debió de haberse quedado inconsciente en algún momento, porque cuando llegó a la parte trasera, ni Skyler ni Lan se encontraban allí.

—Maldita sea… ¡TYPICAAAAAAAAL!

Sin perder tiempo, subió a toda velocidad a un edificio a su lado, desde donde tenía planeado que la recogieran sus aliados.

—No pueden estar muy lejos, no pueden estar muy lejos, vamos, vamos, vamos….

Allí la esperaba un helicóptero. Ya que, según el plan, Absolute debería estar dentro, listos para partir, no le quedó otra opción más que rebuscar entre los objetos de su compañero caído.

Sabía que él siempre llevaba un pequeño rastreador… ¿Dónde lo metió…?

Encontrando el aparato, partió nuevamente. El helicóptero no era seguro, y de cualquier forma, ahora que Absolute estaba muerto no podía manejarlo.

En busca de Skyler y Lan se encontró con Maru, quien abrazaba el cuerpo del fallecido Portox. Observando la escena, y luego de ver el cuerpo de Franco algo alejado, supo que esos dos se habían matado entre sí. No sabía qué hacía Maru en la escena, pero ya lo averiguaría más tarde.

Sacó su arma de la mochila y la cargó con dardos tranquilizantes. Sin hacer ruido, le disparó y Maru cayó al suelo inconsciente.

Bien, si la tengo… Si la tengo podré negociar… Todavía no perdí…

—Todavía no… Todavía no… No lograrán sacarme del juego… ¡No lo lograrán!

—Sí que te estás divirtiendo, Touka-chan —dijo una voz a su espalda.

Touka se giró con rapidez.

—Typ-

Y en ese momento, su mundo se volvió negro.

—Bueno~ Yo ya hice mi parte, ¿sí, Sky-chan~?

Typical se agachó para ver el rastreador a sus pies. Las dos luces que titilaban señalaban la llave que estaba en su cuello y la que tenía su compañera Skyler abajo. Con una sonrisa, miró a su aliada trabajar.

Skyler se levantó con un dolor de cabeza monumental y un humor de perros. Odiaba que la dejaran inconsciente, y eso lamentablemente pasaba más veces de las que ella creía necesarias.

Le dio un vistazo a la escena en lo que su mente dejaba de zumbar para comprender lo que sucedía. De alguna forma, ahora se encontraba en el mismo lugar al que Portox, quien estaba algo alejado, había huído y donde al parecer había fallecido. Del otro lado del cuarto distinguió a Franco, a quien no se extrañó ver que también estaba muerto.

Se sorprendió un poco al ver a Maru frente a ella, ya que tenía una reputación bastante famosa: nadie nunca la había visto dormir, mucho menos llorar. Y sin embargo allí estaba, desmayada y con lágrimas cayéndole por el rostro.

Aunque, siendo que estaba enamorada de Portox, tampoco es tan extraño, supongo…

Una vez que comprendió todo, se acercó al cuerpo de Lan, el cual seguía caliente.

—Si todavía tiene calor… Entonces quizás funcione…

Tomando la llave que colgaba de su cuello, abrió nuevamente la herida que la medicina de Touka cerró y empapó la herramienta con su sangre.

Ahora tenían todo lo que necesitaban… Las dos llaves y la sangre de Lan, la puerta.

—Detente…

Dándose la vuelta, Skyler se encontró con Maru que parpadeaba débilmente, luchando contra la somnolencia.

Sin hacer caso a sus palabras, ella sonrió de forma escalofriante al notar el verdadero significado de sus palabras.

—Lo sabías… Tú sabías que Lan era importante. Por eso le ordenaste a Portox que lo matara… Él era un doble agente.

Maru intentó negarlo, pero su rostro la delató de inmediato.

—Sabías que Lan debía morir, así que cuando te enteraste de que Portox era seguidor de Black Hat, le engañaste para fingir ser uno de nosotros. Todo para que él hiciera tu trabajo sucio. Porque no te atreviste a matarlo.

—No…

—¿También mentiste sobre tus sentimientos?

—¡No…!

—Increíble… Realmente, no sé que haces de ese lado.

—¡Basta!

—Deberías haber estado con nosotros… Una verdadera lástima.

—No debes abrir esa puerta… Todos moriremos.

—No queda otra —dijo Skyler con indiferencia —Este mundo está gobernado por villanos…. Y como dice el dicho, si vas a Roma…

Se acercó lentamente a Maru con las manos manchadas de Lan. A lo lejos escucharon a Typical reír con fuerza ante la escena.

—Haz como los romanos~

Antes de que pudiera hacer algo, Typical apareció de entre las sombras.

—Buen trabajo Skyler, has servido bien al Amo Black Hat. Ahora, llegó el momento.

Tomando más de la sangre de Lan y con las llaves en su poder, ambos se arrodillaron en espera de su señor.

Maru seguía confundida por el dardo, pero eso no impidió que un escalofrío la recorriera por completo cuando esa sombra se acercó. Ni siquiera lucía humano, era como si una sombra hubiera decidido dejar de estar pegada a un objeto y comenzara a caminar por su cuenta.

—Ah… No…

Fue incapaz de pronunciar sonido alguno.

Frente a ella, dos voces hablaron al mismo tiempo.

—Bienvenido, Lord Black Hat.

Sin embargo, de un momento para el otro, Typical se ondeó de lado a lado y cayó al suelo.

—¿Está…? —comenzó Skyler.

—Muerto —dijo Black Hat. Su voz aterciopelada acarició las pieles de las dos mujeres en el lugar y las dejó congeladas en su lugar. La criatura se alejó de sus subordinados y se acercó a Maru con pasos lentos y deliberados. —Mmm… Así que vives… Si puedes soportar mi presencia, entonces eres digna. Ven.

Y sin decir nada más, comenzó a caminar hacia la salida.

Lord Black Hat empezó a caminar por las calles desoladas del centro, con Skyler y Maru a su espalda; la última estupefacta y simplemente avanzando por instinto.

Después de un tiempo, volvieron al primer campo de batalla, el lugar donde Portox apuñaló a Lan… Donde el final de todo comenzó.

Lord Black Hat tomó las llaves ensangrentadas y  empezó a recitar unos conjuros que sonaban a una lengua arcaica. Un agujero se formó lentamente arriba de ellos, cada vez más grande y latiendo, como si algo quisiera salir de él, algo que no había forma de describir.

—Por fin llegó el momento de terminar con este mundo. —dijo Black Hat mientras miraba el vórtice que se formaba sobre su cabeza.

Maru estaba aterrada. Ella había querido evitar esto. Sus amigos, su vida, su amor, todos sacrificados por el bien de ese objetivo, y al final no logró nada. Todo porque Skyler…

Porque ella los traicionó a todos.

Sobre el rugido del viento que se volvió más y más rápido, y la oscuridad que lentamente avanzaba desde el horizonte, Maru se giró hacia su antigua mejor amiga, aquella en quien había confiado todo… Quien pensó que podría llevarlos al futuro para traicionarlos en el peor de los momentos.

—¿Por qué…? ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué traicionaste a Franco? ¿Por qué me manipulaste para que robara las llaves y dejara a Lan morir? ¿Por qué le pediste a Shisei que apareciera para darle a Lan esas píldoras, si no le sirvieron de nada? ¡¿Por qué, Skyler?!

Ella la miró con frialdad. Esa expresión difería mucho de la que conocía… De su amiga que pasó a su lado por tantos momentos difíciles.

Frente a ella ya no estaba Skyler… Estaba el enemigo.

—Porque… Todo es como está previsto.

Y entonces sonrió.

La velocidad del viento ya era demasiada. Su cabello castaño revoloteaba con fuerza y le pegaba en los ojos, dificultándole la vista. Delante de ellas, Black Hat reía con fuerza, incapaz de contener la felicidad al conseguir finalmente su ambición… Liberar a “ese monstruo” del vórtice espacial y liberarlo en el mundo.

Sin embargo….

♦♦♦

Final A: 

Sin embargo, Maru sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo de arriba abajo. Una intención asesina… ¿alguien seguía vivo?

Buscó a su alrededor, pero no encontró a nadie. La única persona que estaba con ella era….

Enfrente, Skyler se acercó lentamente a donde Black Hat se encontraba, y con un hábil movimiento, enterró su mano robótica en su cuerpo. Aplastando su corazón al instante, ni siquiera le dio tiempo para que lograse entender lo que estaba sucediendo.

Por el contrario, su risa siguió haciendo eco por la llanura, mientras su cuerpo entendía lentamente que ya estaba muerto.

—¡¿Qu-?!

—Como dije… Todo estaba previsto… Maru, este de aquí no es Black Hat. Es solo…. un impostor.

Atónita, Maru dio dos pasos temblorosos para ver el rostro de la persona que ahora yacía muerta entre los brazos de Skyler.

Allí, frente a ambas se encontraba Aru, que todavía no había perdido la sonrisa de victoria.

—No… No lo entiendo…

—No importa si no lo haces. Aru nos engañó a todos. Pretendió estar escondido, ayudándonos cuando más lo necesitábamos pero, ¿no lo encontraste extraño? ¿Qué siempre apareciera cuando hacía falta? Cuando descubrí la verdad, no pude creerlo. Y si quería salvarlos, no podía dejarlos vivir… Era mejor matarlos a mis propios términos.

—Entonces todo..

—Todo fue falso. Maru, la puerta nunca fue Lan… Eras tú.

Y con esas palabras, Skyler le sonrió por última vez. Entonces, Maru sintió un dolor agudo recorrerle el cuerpo, empezando desde su pierna.

¿Es… un mordisco?

—No te preocupes, Maru… Terminaré lo que empezamos. Mi objetivo no cambió desde la última vez que hablamos… ¿Verdad, Black Hat?

Con sus últimas fuerzas, Maru levantó la cabeza para ver cómo Skyler se agachaba a recoger a un pequeño ratón que todos conocían muy bien…

—En efecto, Skyler. Es hora de irnos.

Y con esas palabras, las dos figuras se perdieron entre la oscuridad.

♦♦♦

Final B: 

Sin embargo, Maru no podía dejar que todo teminara así.

—Mis amigos… ¡Mis amigos no murieron para que os salgáis con la vuestra!

Sacando uno de los cuchillos que tenía guardado en la bota, avanzó. Tomándolos por sorpresa, le clavó el puñal a Black Hat en el corazón con un simple movimiento.

—¡No! —gritó Skyler. Pero cuando estaba por interponerse, un disparo se escuchó.

Normalmente, con el ruido del viento no habría podido escuchar algo como eso.

Sin embargo, pareció que el planeta mismo se detenía para que los acontecimientos pudieran desarrollarse.

En la cabeza de Skyler había un agujero.

Ella tenía una expresión sorprendida, el dolor ni siquiera llegó a registrarse en su cerebro antes de morir. Maru estiró la mano en un intento de sostener a su amiga, pero la retiró velozmente.

Frente a ella no estaba su aliada, con quien antes compartía un objetivo. Estaba el enemigo.

Y detrás de ella había alguien que pensó muerto hace mucho tiempo….

—… ¿Aru? Pero… Pero, ¿cómo?

De pie allí, con su uniforme escolar y su gorra de siempre, Aru la miraba sin expresión. Sin explicarle nada, ni siquiera dándole tiempo a reaccionar, tiró delante de ella el cuerpo del fallecido Lan y le pegó otro tiro en el corazón.

—Tengo que hacer todo yo por aquí.

Refunfuñando como si fuera otro día en la escuela, y sin darle una segunda mirada a la estupefacta Maru, Aru levantó las dos llaves que yacían a un lado de su compañero y se fue caminando, como si no acabara de impedir el fin del mundo.

A lo lejos, un roedor suspiraba.

—Pues, tendré que comenzar de nuevo…

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