El plan de la villana Roxanne – Capítulo 3: El hermano más tierno

Escrito por Polly

Asesorado por Maru

Editado por Bonnie Lee


¿Cómo resumiría mi primer mes en mi nueva vida? Con resultados totalmente satisfactorios.

Si pudiera escribir haría una lista de mis logros: Tales como logré hacer que mi padre me llevara a su habitación (la cual es de lo más grande e increíble), cuando se vio obligado después de que aturdí a todos con mis llantos en la quinta noche y demostrar que solo él me calmaría. Tengo que admitir que es algo más cuidadoso de lo que creí, tomando en cuenta que me llama “cosa” y no “hija”.

Otra cosa a destacar es que, cuando los sirvientes no me odiaban por mis llantos en la noche, se la pasaban mimándome en el día. Me quieren mucho, quizás sea porque le rio a cualquiera.

Puedo presumir que mi hermano mayor me tiene cierto afecto.

John es un chico algo delicado. En el cuento original, generó un gran rencor hacia Roxanne después de que ella se burlara de él diariamente por su apariencia enfermiza, lo trataba peor que a los sirvientes. Y si es totalmente cierto que tiene una piel muy pálida, es algo ojeroso y demasiado delgado para su edad, pero aún así puedo decir que tengo un hermano muy lindo. Cuando lo vi en el jardín parecía una suave niña, como una versión más delicada de George, y aun siendo el mayor por cuatro años, lucía muy pequeño. No me daban ganas de burlarme de él como hacía Roxanne, solo quería poder abrazarlo y cuidarlo.

Si Roxanne no hubiera sido tan maldita, tan descarada, tan cruel con él, seguramente hubiera tenido un gran hermano. Me gusta mi nuevo hermano, espero que siempre podamos llevarnos así de bien.

—Hoy va a tomar su biberón para el desayuno, junto con su hermano mayor, mi señorita.

Katherine en serio es una mujer muy atenta; me habla como si fuera casi una adulta, no me trata como una bebé idiota, o como una cosa.

—Vamos a ponerle su listón azul, resalta en su hermoso cabello.

Siento como lo ata en mi cabeza y sonrío alegremente. Es extraño, pero después de un mes, por fin me he acostumbrado a la sensación de tener hermanos, padre, sirvientes, aunque todo es muy nuevo para mí.

Puedo decir que ya estoy encariñándome con todos aquí, aunque algunos se mantengan distantes a la idea de tener una relación profunda conmigo.

 ♦ ♦ ♦

El cuarto de mi hermano no está muy lejos del mío. Tengo que recordarlo por si necesito ayuda en el futuro.

—¿Dónde crees que te diriges con esa cosa?.

Uhg, maldición. Apareció el enano malvado.

George es la piedra en mi camino. Él solo me ignora como si fuese la peste negra, y cuando estoy cerca de él solo lo escucho quejarse de mi presencia o busca la manera de insultarme. Algo sospechoso es que aunque siempre se queja y demuestra su desagrado hacia mí, ¨casualmente¨ siempre se cruza conmigo cuando salgo a mis paseos.

—Señor George, llevó a la señorita a la habitación de su hermano mayor. Ha pedido que desayune con él en esta mañana mientras está en reposo.

—¿Mi hermano pidió por ella?.

Si, y que no te sorprenda tanto. John es un hermano agradable y lindo, no como tú. Vete a desayunar con papá, donde nunca me han invitado, groseros.

—Sí, mi señor.

—… muy bien, llévala, pero si llega a molestar tan solo un poco a mi hermano, haré que te castiguen a ti.

Qué infantil, metiéndose con  Katherine de esa manera. Por más que desee sacar la lengua o hacer algo para molestar a ese chico, no estoy para hacer enemigos, al menos, no aún y no con uno de mis hermanos.

—Sí, mi señor.

Bien, ya vamos, tengo hambre y no tengo ganas de ponerme a llorar después de la noche difícil que pasé… Es increíble pero hay momentos que no puedo controlar este cuerpo infantil. 

Las noches resultan algo agotadoras. Cuando mi padre me lleva a su enorme cama se queda mirándome por horas, de manera intimidante y sin saber qué es lo que pasa por la cabeza de ese hombre.

Solo espero que no sean cosas malas como cubrir mi rostro con una almohada.

—Señor John, vengo a traer a la señorita Roxanne.

Tengo que prestar un poco más de atención. Ni siquiera me di cuenta cuando habíamos dejado a George. Quizás estoy pensando demasiado las cosas, pero si no uso mi cerebro temo convertirme en un bebé que sólo cometerá los mismos errores  que la verdadera Roxanne.

—Adelante.

El cuarto de John es parecido al mío, pero tiene una enorme cama, donde cabrían hasta cuatro personas y en el centro, está mi hermano, luciendo más pequeño dentro de aquellas mantas.

Las paredes tienen un hermoso empapelado azul marino, y si se presta atención al techo se pueden ver unas revestiduras hechas con el trabajo de un artesano. John tiene suerte; tiene un librero enorme en su habitación, además de un amplio escritorio. En mi cuarto solo está mi armario y mi cuna, quizás es porque el duque solo había planeado darme lo básico.

Me centro en John, y entonces, lo recuerdo: su final que hizo llorar a muchas fanáticas (entre las que me incluyo), cuando después de dos libros sucumbió por una pulmonía, solamente quedó postrado en la cama, con su delgada mano entre las de Sara profesando su eterno y puro amor, pidiéndole perdón a Dios por los pecados que cometió en vida. Siempre estuve segura de que se arrepentía de haber hecho que su propia hermana muriera. Aunque se llevaban mal, John no tenía la maldad para desear la muerte de alguien. Él quería justicia, pero acabó manchando sus manos con sangre, y quizás fue hasta la culpa lo que lo hizo enfermar para finalmente fallecer.

Los ojos verdes de mi hermano se posan en mí y su suave sonrisa hace a mi corazón emocionarse, pero pronto miro a Katherine con algo de preocupación.

—Mi pequeña Roxanne… Se ve algo decaída… Ayer vi que estaba jugando en el jardín. ¿Cree que no le guste estar aquí encerrada conmigo?.

—¡Por supuesto que no, mi señor! Estoy segura de que le encanta estar en compañía de su hermano mayor, solo debe seguir un poco dormida.

Tengo que dejar de recordar los libros mientras estoy frente a otros, mi rostro de bebé revela demasiado mis pensamientos.

Es tan difícil no pensar en eso… Pobre John, no te preocupes, en verdad tú me agradas.

—Ca…dagoo…goon.

No estoy segura de que demonios estoy diciendo; solo quería decir ¨Cárgame, John¨, sin dudas empezaré a practicar más mi pronunciación. Ya tengo un año de edad, tengo mis dientitos. Al menos algunos, y sí que dolieron al salir. Ya debería ser capaz de hablar un poco mejor, pero hasta ahora, solo domino monosílabas y no muy complicadas.

Es algo frustrante.  

—¿¡Has oído eso!? ¡Ella me nombró! Acaba de decir mi nombre.

Cuando veo su enorme sonrisa y sus brazos estirándose hacia mí, me doy cuenta que mi mensaje se ha enviado correctamente, aun con mi lenguaje poco conocido.

Su sonrisa hace que mi esfuerzo por comunicarme, y la sensación de vergüenza al fallar, valga la pena.

—Quiero cargarla, pásamela… que acomoden la comida en la bandeja junto a mí. También le voy a dar de comer.

—Sí mi señor, estoy muy segura de que la hace muy feliz prestándole tanta atención… la señorita Roxanne parece quererlos mucho. Si me permite decírselo, su padre solo le presta atención en las noches cuando no para de llorar, y el señor George no parece tenerle mucho aprecio.

—Pues no tiene de qué preocuparse… Mi tierna Roxanne, es tan pequeña e inocente… Yo te voy a cuidar. No dejaré que George se meta contigo.

Cuando me carga siento toda la ternura del mundo rodearme. En serio, este chico me quiere, me quiere como su familia, me trata como tal. Me siento protegida, mientras me apoyo contra la tela de su pijama blanco y siento su mano acariciar mis rizos rubios.

Es una persona con la cual llevo apenas un mes de haberlo conocido, pero aun así él me quiere y yo puedo decir que también lo quiero; lo quería desde que leí la novela y lloré por él.

Voy a protegerte John, no te dejaré morir, si puedo lograr cambiar mi futuro, haré lo posible para poder cambiar el tuyo.

—Si me permite preguntar, y disculpe mi atrevimiento… ¿Por qué el joven señor le ganó aprecio tan rápido a la señorita Roxanne? Los rumores dicen que con ella… usted y su hermano tendrán mayores problemas al dividirse la herencia, los sirvientes siguen hablando de que ella… de donde proviene, haría que las malas lenguas de la realeza comiencen a difundir rumores sobre toda su familia.

También tengo curiosidad. Sé que soy un bebé inocente y lindo, pero con él fue muy rápido. Además, es cierto que el origen de Roxanne puede causar problemas entre los demás. Después de todo, soy la hija de un amante, y aunque la familia Maquielo pueda aceptarme no significa que toda la sociedad lo hará.

¿Por qué John demuestra tanta preocupación, y afecto, por una niña como yo?

—Tienes razón, es una pregunta sumamente atrevida y debería hacer que te echen por hablarme de esa manera…pero te diré. Estoy seguro de que Roxanne llegó aquí para poder unirnos… Sé que mi padre y mi hermano me ven como una carga, y ahora a ella también, pero he visto cómo padre se queda mirándola, incluso George. Aún no lo admiten, pero tiene un encanto que quizás los pueda ablandar de la manera que yo nunca pude. No importa quién haya sido su madre, lo importante es que comparte la misma sangre que nosotros, y tiene tanto derecho como yo en vivir en esta casa. Y si tengo que agregar otra razón por la cual la quiero a mi lado, es que ella no me ve como un enfermo, solo se ríe conmigo, se divierte en verdad, no busca mentirme para hacerme sentir mejor. Solo con ver su sonrisa me siento mejor, y eso me gusta, me gustas mucho Roxy.

Besa mi mejilla, y me hace emocionar. Nunca nadie me había dado un beso tan tierno antes. No era romántico, era dulce, lleno de un sentimiento fraterno que emocionaba mi corazón.

Cada una de sus palabras me hice sentir mejor. Ese chico es mi hermano y en verdad me quiere como su hermana. Solo con él puedo sentir algo que nunca tuve: aceptación.

No me llama cosa, no me dice horrorosa, que nadie me querrá, que soy molesta, fea, solitaria. Para John soy una bebé, un ángel, un ser inocente. Y la verdad, no deseo decepcionar. Quiero ser parte de esta familia y tener la vida larga, y feliz, que siempre deseé.

—Señor John, en verdad creo que sus palabras hacen feliz a la señorita Roxanne. A mí también… En este mes que estuve bajo su cuidado solo deseaba que ella pudiera ser aceptada. Es tan dulce con todos que me dolía verla sola… pero con usted a su lado, sé que tendrá el soporte que una jovencita como ella necesita.

Katherine, tú también me haces feliz. Tu preocupación por mi suena tan genuina que me hace querer llorar de emoción, y a la vez de tristeza.

¿Está bien para mi disfrutar de esta vida que no es mía? Todo esto debía ser de Roxanne. Si ella algún día vuelve a reemplazarme, y pierdo esta tierna sensación… ¿Qué haré? ¿De nuevo me revolcaré en mi soledad?

—Roxy de nuevo se quedó muy seria.

—Debe ser el hambre señor John, aquí tiene su biberón.

John acerca el biberón a mi boca y lo acepto con cuidado. De nuevo había dejado que mis sentimientos se mostraran y preocuparan a mi nuevo hermano. Tengo que ser más cuidadosa, y tratar de vivir esta nueva vida, aunque no me pertenezca.

6 respuestas a «El plan de la villana Roxanne – Capítulo 3: El hermano más tierno»

  1. Al menos tiene un buen aliado. Ya con uno desde el inicio, hará sus primeros años más fáciles y también la tarea de derretir los otros dos corazones más alcanzable.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *